16.1 - CASTILLA  LA  VIEJA

 

 

España, enclavada en plena península ibérica, posee en su delimitación geográfica dos áreas centrales a ambos lados de la Cordillera Central, que corre casi paralela al Mediterráneo y divide al territorio en dos regiones de notable trascendencia histórica, cuyas características humanas en muchos aspectos se pueden considerar coincidentes, pero que separan también profundas divergencias; ellas son Castilla La Vieja al Norte y Castilla La Nueva al Sur.

 

La Castilla histórica y tradicional ocupaba la mitad oriental de la actual región de Castilla y León, la más extensa de España, que es conocida como Castilla La Vieja, cuyas tierras abarcan desde el Mar Cantábrico hasta el macizo central, constituyendo la región más extensa de España.

 

Comprendía los territorios de Cantabria, Burgos, Madrid, parte de Castilla La Mancha, La Rioja, Segovia, Soria, Ávila, Palencia y Valladolid y su historia que ha sido alimentada por múltiples culturas desde los orígenes de la humanidad, ha dejado como huella una variedad artística, cultural y testimonial que se plasma a lo largo de toda su geografía en una diversidad de  joyas arquitectónicas que han tomado la forma de iglesias, torres, catedrales, museos, ciudades y una de sus señas de identidad particular : los castillos.

 

Por esa razón los musulmanes llamaban a esa zona “al-qila” (castillo) en referencia a las fortalezas que había al sur de la cordillera ya que Castilla se configuró como una zona fronteriza frente a los avances musulmanes, lo que explica la existencia de abundantes fortificaciones y de allí tomó su nombre la región.

 

Aquí se desarrolló el idioma castellano, como herencia del latín vulgar hablado por los Cántabros, Vascones y Mozárabes que habitaban la zona y derivó en una lengua romance extendiéndose junto con la posterior expansión del Reino de Castilla.

 

Esta región nacida en la Alta Edad Media y patria del más perfecto castellano, estaba formada por reinos que desempeñaron un importante papel en distintos períodos de la civilización.

 

Castilla nació testimonialmente el 15 de Septiembre del año 800 d. C., en un monasterio situado en el valle de Mena, en el norte de la actual provincia de Burgos. Las letras escritas por Lope, primer notario castellano en una donación de terrenos del abad Vitulo así lo atestiguan: " ...Bardulia quae nunc vocatur Castella... " (Bardulia que desde ahora llamaremos Castilla). Comienza pues en esa fecha, una de las más grandes empresas de la Historia de la humanidad, la construcción de la España castellana que dominaría el mundo a lo largo de varios siglos tras el descubrimiento del nuevo mundo

 

A principios del Siglo X Castilla era un Condado que dependía del Rey de Asturias ó de León y comprendía la totalidad entre otras de la actual Provincia de Vizcaya, casi toda la Cantabria y gran parte del restante territorio vasco.

 

Posteriormente logra la independencia del Reino de León con el cual se une y se separa en dos oportunidades sucesivas hasta conseguir la unidad definitiva en el Siglo XIII, por lo que su escudo resulta ser una combinación del de ambos reinos.

 

Sus tierras abarcan la montaña de Santander, los valles profundos del norte de Burgos y campos típicos de la meseta, que se extienden entre los valles de los ríos Ebro y Duero. Posee horizontes mas abiertos por la tierra de campos de Palencia y Valladolid, que se reúnen al contacto con la cordillera Ibérica por la zona de Soria.

 

Toda la costa Norte de Castilla La Vieja, adonde siempre fue más fácil llegar por mar, es la consagración eterna de lo verde, desde las praderas interiores hasta el borde mismo de los acantilados.

 

Sus habitantes, Celtas de Galicia, Astures de Asturias, Cántabros de Cantabria y Vascos del País Vasco fueron protegidos por la naturaleza, así resistieron a Roma, a los Árabes y a los pueblos invasores que venían por el mar.

 

Las comarcas del interior, montañosas, cubiertas de bosques y casi sin caminos, fueron cruzadas por pocos viajeros, la mayor parte de los cuales peregrinaban a Santiago de Compostela y han sido lugares escondidos que han conservado por ello no solo su paisaje sino también costumbres y tradiciones a lo largo del tiempo.

 

 

 

   

 

 

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